22 enero 2010

Reportaje a Canela (Gigliola Zecchin).


“El libro y la lectura son en principio instrumentos de reflexión, y creo que es la reflexión en términos generales la que no se lleva bien con las telenovelas en nuestro país.”



Gigliola Zecchin (Canela) tiene una vasta experiencia como editora y periodista cultural. En este reportaje aporta su reflexión al debate sobre la escasa presencia de los libros en la ficción de la televisión argentina.



¿Qué lugar te parece que ocupa el libro en la ficción de la televisión argentina?

Un lugar ínfimo, muy restringido, al punto que no aparecen siquiera como un detalle de la ambientación hogareña, así que mucho menos se los ve en manos de los personajes, lo que sería más interesante, es decir como algo vivo. En Valientes, por ejemplo, uno de los personajes pinta, entonces uno piensa que también podría leer, o qué pasaría si además de pintar hojease libros de pintura, o discutiera algunas páginas de Cartas de Van Gogh por ejemplo... Fantasías mías por cierto, otro personaje podría tener vocación literaria y asistir a un taller de escritura... Son ideas que no aparecen en los autores de ficción

Posiblemente está relacionado con el lugar que en la realidad ocupan los libros en nuestra vida cotidiana, en nuestros vínculos con los otros. Se leen muchos diarios y revistas. Pocos libros.

Inclusive en el canal público los programas que difunden la literatura y los libros han sido ubicados en horarios marginales... Ciertamente hay que reinventar, aggiornarse, presentar nuevas formas de acercamiento al texto escrito y a sus autores un excelente ejemplo es Ver para leer, que interpreta Juan Sasturain.

Párrafo aparte merece la ficción dirigida a los chicos. Habría que pensar e imaginar sobre esto.

¿Cuál crees que es la razón de que el libro esté prácticamente ausente en la ficción local?

Hagamos una distinción entre una tira diaria y un unitario que se emite una vez por semana.

En la tira diaria podemos analizar diversas razones, y de distinto orden. El libro y la lectura son en principio instrumentos de reflexión, y creo que es la reflexión en términos generales la que no se lleva bien con las telenovelas en nuestro país. Quizás sea porque, a diferencia de lo que ocurre en otros países, en nuestras producciones sólo se busca entretener con los recursos consabidos de la tragedia o la comedia de enredos. No ocurre lo mismo en Brasil, donde las telenovelas, reconociendo su potencial educativo, no desestimaron históricamente la promoción de ciertas costumbres, o del conocimiento de la propia historia del país a través de históricas de época, que encarecen mucho la producción que tienen un efecto educativo formidable, que acompaña al entretenimiento.

En los unitarios ha aparecido el análisis por ejemplo, En Vulnerables y en Tratame bien. (sólo como ejemplos) un aspecto de nuestra cultura nada desdeñable que tuvo un excelente tratamiento a través de personajes excelentemente interpretados, con buenos textos, que sin duda representaron una forma de la cultura muy presente en la vida argentina...

Pero volviendo al libro en sí, estoy segura de que si el marketing de las editoriales que se dirige mayoritariamente a la prensa escrita incluyese la ficción, incentivaría a las productoras de estos géneros en términos comerciales, buscarían ellos mismos a las editoriales como sponsors o anunciantes y quizás de esa manera al menos algunos libros aparecerían en pantalla. Pero se ve que tampoco en este sentido el libro logra llamar la atención de los productores, de quienes dependen en la mayoría de los casos los guionistas o los autores. Los productores en general tienen una intensa experiencia visual, muy válida a la hora de crear. Recuerdo que un día – no se si exageraba- Steven Spielberg confesó que el no era ni había sido lector...

¿Creés que podría resultar útil para la promoción del libro que su presencia en la televisión se consolide?

Por supuesto que ayudaría. Hay casos que son emblemáticos, como el de los poemas de Prilutzky Farny en aquella telenovela de Alberto Migré, gracias a la que muchísima gente tuvo conocimiento de esta poeta, cuyos libros se transformaron en best sellers. También El principito de Antoine de Saint Exupery se hizo popular a través de una telenovela. Pero en esa época los autores eran mas libres y se hacían cargo como autores individuales de una historia.

Es una pena, la incorporación del libro redundaría en beneficio de la televisión y de sus ficciones, haciéndolas más ricas, y más interesantes a sus personajes.

Reportaje realizado por Sebastián Noejovich

Coordinador Opción Libros


Diálogo a partir de la nota "Por una televisión bookfriendly"

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